Un mes después de un fastuoso funeral público para Michael Jackson, la familia del Rey del Pop se prepara para enterrarlo el jueves de forma privada en un mausoleo lleno de celebridades.
El miércoles un juez declaró que el estado de California cubrirá los costos de esta última ceremonia para el cantante, que un fiscal calificó como "extraordinarios". En la corte se reveló que se compraron 12 lotes en el cementerio de Forest Lawn Glendale, a 13 kilómetros (ocho millas) del centro de Los Angeles, pero no se revelaron detalles de cómo se utilizarán.
Jackson descansará en el Gran Mausoleo del cementerio en el que también yacen estrellas de Hollywood como Clark Gable, Jean Harlow y W.C. Fields.
Pero a pesar de que sus restos tendrán una sepultura digna, continúa el pleito legal sobre su muerte a los 50 años de edad por el uso de fármacos controlados y en lo que las autoridades han calificado como homicidio no premeditado.
No se han presentado cargos criminales por la muerte del cantante, el 25 de junio, durante los preparativos para una serie de conciertos en Londres con los que retomaría su carrera.
La semana pasada los médicos forenses declararon que consideraban la muerte de Jackson un homicidio y su acta de defunción se modificó para incluir datos que reflejan esta conclusión. El documento especifica que el daño mortal fue infligido por una "inyección por parte de un tercero".
Los investigadores han dicho que una mezcla del poderoso anestésico propofol y otro sedante mató al artista. El nuevo registro de defunción señala que la principal causa de muerte fue una "intoxicación aguda con propofol" y que el "efecto de la benzodiazepina" también contribuyó en gran medida al deceso.
El documento no menciona al doctor Conrad Murray, quien era el médico personal de Jackson. Murray dijo a los investigadores que le administró una serie de sedantes y propofol al cantante para ayudarlo a dormir.
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