Hay un video dando vueltas en Youtube que recorta frases de ego con
inflación: “Se cuelgan de mis tetas”, “Soy la única diva”, “Soy un
ícono”, “Me teflonizo”, “Porque sho , porque sho , porque sho ...”. En el mundo del “yo me amo y mucho”, tal vez Moria Casán sea el referente del narcisismo asumido . Es más: en mayo va a lanzar su autobiografía en la Feria del Libro. Ricardo Fort grabó un reality sobre su vida y la sigue de cerca, salvo porque siguió al pie de la letra el mito de Narciso : ese que de tanto mirarse en el espejo de agua terminó ahogado.
En el mundo del espectáculo hay casos menos extremos de autoestima exagerada pero con dosis sobrevaluadas de autobombo . Calu Rivero (Natasha en Dulce Amor
) sube a diario fotos a su Twitter: Calu sexy durante las grabaciones,
Calu sexy posando su marca de ropa. Luciana Salazar –674 mil seguidores,
Lulipop para los amigos– fue construyendo su propio reality pero en 140
caracteres: “Camino a Ezeiza, atrasadísima”. Y al rato “Partiendo a NY
acompañando a @martinredrado a dar una conferencia”. Y al rato, “Ahora a
entrenar un poquito y dsp a caminar x la 5th av”. En fin.
En el camino, hay famosos que no se identifican con un Narciso full time pero asumen un costado necesario: “ El narcisismo es algo propio de los artistas porque estamos para agradar
. Lo reconozco pero no lo veo mal. Sin embargo, no soy alguien que se
pelee a los codazos por salir en una foto, como he visto hacerlo a
muchos en el ambiente”, contó a Clarín el cantante Raúl Lavié. Su faceta narcisista es la estética: “Tengo 74 años y cuido mi imagen
. Me hice una cirugía para quitarme las bolsas de los ojos, me hago
oscuritos para taparme las canas y si tengo que ponerme bótox lo hago.
El público es cruel y yo vivo de mi imagen ”.
La bailarina Adabel Guerrero no se define como narcisista pero admite: “Si me saco una foto y salgo muy horrible la borro” . El conductor Emiliano Rella, parte del elenco de Barbierísima
, no hace un culto al “yo” verbal pero admite su debilidad por verse
bien: “Trato de no repetir ropa, combino hasta los zapatos y siempre
pienso en los detalles, aunque esté de jogging. Prefiero que me digan
‘que buenos gemelos’ a que se fijen en la calidad de mi pantalón. Lo
hago por mí pero seamos sinceros: me gusta mostrarlo, aunque a modo de
tendencia”, contó. Tiene más de 30 pares de zapatos “de gentleman”, como
los llama –con agujeritos arriba– y otros 30 comunes, viejos tiradores y
moños y relojes para cada atuendo.
Entre los famosos, están
ellos, no muy cerca de caerse al charco. Y están las otras: las que en
el cabotaje reclaman alabanzas por “mi trayectoria” de 15 días.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario